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El 55 % de los docentes encuestados piensa que los smartphones, tabletas y computadoras son malos para la salud física, mientras el 69 % asegura que son nocivos para la salud mental.
Foto: Bigstock
El beneficio actual y potencial que representa la tecnología en los programas educativos es indiscutible. Sin embargo, también es evidente la afectación física y mental que conlleva el uso desmedido de los dispositivos digitales.
Una reciente encuesta llevada a cabo por la consultora Gallup, evaluó las posturas de profesores y padres de familia estadounidenses respecto al uso de dispositivos tecnológicos con fines educativos y su posible afectación a la salud. El resultado arrojó datos positivos referentes a la educación, pero evidenció miedo y desconfianza ante el posible daño que puede causar el mal manejo de la tecnología.
El 42 % de los profesores encuestados expresa que los dispositivos digitales son útiles y tienen efectos positivos en términos educativos, otro 30 % piensa que no apoyan mucho, mientras el 28 % cree que obstruyen las labores educativas.
Respecto a la salud física y mental, el 55 % de los docentes encuestados piensa que los smartphones, tabletas y computadoras son malos para la salud física, mientras el 69 % asegura que son nocivos para la salud mental.
De forma contradictoria, el 87 % de los padres de familia encuestados cree que el uso de dispositivos digitales es benéfico para la formación académica de sus hijos, además de que consideran que no tiene efectos negativos en la salud.
Aunque estos datos se basan en puntos de vista, existen estudios que avalan en cierta medida los sospechas que los docentes tienen frente a la dependencia tecnológica. Por ejemplo, a inicio de año accionistas de Apple alertaron sobre la posible afectación mental en los niños que representa el uso desmedido del IPhone (y en sí la adicción a cualquier dispositivo digital), declaración que fundamentaron con diversos estudios.
Los investigadores del Gallup concluyen que sin el apoyo de los profesores el potencial de la tecnología y el valor de las herramientas digitales no se aprovecharán plenamente. La tecnología puede ser nociva o positiva, hay mucho por investigar, lo que es una realidad es que llegó para ser parte fundamental de los programas educativos. Habrá que asimilarla, adoptarla y sacarle provecho.
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Este artículo del Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación puede ser compartido bajo los términos de la licencia CC BY-NC-SA 4.0 
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Andrés García Barrios
Andrés García Barrios
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